Desarrollo histórico del arte islámico
El desarrollo del arte islámico desde el siglo VII al XVIII se organiza en tres momentos históricos. El periodo de formación, que coincide en torno a con el califato Omeya (661-750), bajo cuyo mando el territorio islámico se difundió desde Damasco (Siria) hasta España; el periodo medio que engloba la fase de los califas Abasíes (750-1258), establecidos en Bagdad (Irak), hasta la conquista mongola, y el periodo que sucede entre esta conquista y el siglo XVIII.
Arquitectura del gótico tardío
La última etapa de la arquitectura gótica francesa recibió el nombre de gótico flamígero o flamboyant, nombre derivado de los paralelismos entre los motivos de la intrincada tracería curvilínea y la forma de las llamas. La profusa ornamentación del estilo flamígero se localiza en términos generales en torno a los vanos exteriores. El interior de las iglesias promovió un proceso de simplificación inspirado en la eliminación de impedimentos visuales, como los capiteles sobre soportes verticales. El interés estructural se concentró en las bóvedas, cuyos nervios, terceletes y ligaduras componían una tupida red de liosos diseños.
La escultura del gótico tardío
La escultura gótica en el norte de Europa se mantuvo ajena al protorrenacimiento italiano. La escultura del gótico final francés se desarrolló en Borgoña. En torno al 1400 en la corte de Felipe el Atrevido en Dijon destacó la figura de Claus Sluter, que introdujo la sensibilidad realista de los Países Bajos en Francia. Renunciando a los modelos estilizados y a las afectaciones del siglo XIV, Sluter rodea a sus figuras en voluminosos plegados. En los personajes que va junton el sepulcro de Felipe el Atrevido (empezado en 1385, Museo de Bellas Artes, Dijon), ofrece un amplio repertorio de expresiones que promueven a enfatizar la evocación de tristeza y dolor. En las estatuas de los profetas que cercan el Pozo de Moisés (1395-1403, cartuja de Champmol, Dijon) transformó a los personajes del Antiguo Testamento en patriarcas flamencos, cuya representación naturalista se funde con un sentimiento de grandeza espiritual.
Pintura en el arte gótico tardío
París había encabezado el arte y la cultura europeas desde 1230. Pero, tras los estragos de la peste y el estallido del conflicto bélico de los Cien Años a mediados del siglo XIV, París perdió la supremacía y se transformó en uno más entre los muchos centros artísticos que florecieron en este periodo.
Dentro de la evolución pictórica del siglo XV se distinguen dos estilos, el estilo gótico internacional y el estilo flamenco. El primero corresponde a los dos últimos decenios del siglo XIV y perduró en la mayor parte de Europa durante la primera mitad del siglo XV. El estilo flamenco apareció en Flandes en el primer tercio del siglo XV, paralelamente al renacimiento italiano, y se difundió por el resto de Europa durante la segunda mitad del siglo. El estilo internacional apareció en el centro del continente como consecuencia de la fusión de elementos y formas del gótico lineal con las innovaciones técnicas e iconográficas aportadas por los pintores italianos del trecento (Giotto, Duccio, Simone Martini y los hermanos Lorenzetti).
Difusión de la escultura gótica
A pesar de que la génesis de la escultura gótica comenzara en el norte de Francia, como ocurrió en el caso de la arquitectura, algunas de las obras más importantes se realizaron en Alemania. La escultura gótica germánica se singularizó por un fuerte expresionismo, algunas veces en el límite de la caricatura, y al mismo tiempo por una lírica belleza y delicadeza formal.
En el siglo XIII destaca la agrupación de la catedral de Bamberg, con numerosas esculturas influidas por el estilo de Reims. Entre ellas destacan la del Caballero de Bamberg, la primera estatua ecuestre asemejante en el arte occidental desde la fase carolingia. A pesar de que la identidad del jinete no se ha corroborado, algunos apuntan la oportunidad de que se trate de Conrado II, mientras otros piensan que tan solo plasma el ideal heroico de los monarcas medievales, en este caso de la dinastía germánica. En este mismo periodo se realizaron las esculturas de la catedral de Naumburgo, especialmente las relaciones oferentes situadas en el coro, como el célebre conjunto de Ekkehard y Uta, que se han relacionado con la escultura de la catedral de Burgos (España).
Escultura gótica y naturalismo
Los convencionalismos en el tratamiento de los pliegues fueron reemplazados por volúmenes más sólidos y naturales en un proceso que arranca en torno a 1210 con la portada de la Coronación de la catedral de París, y que despliega tras 1225 en las portadas de la catedral de Amiens. A partir de 1240 ya se aprecian en la fachada occidental de la catedral de Reims y en las estatuas de los apóstoles de la Sainte-Chapelle de París los pliegues pesados y angulosos, hondamente esculpidos en forma tubular, característicos de la escultura gótica ulterior. Paralelamente las estatuas se soltaron del soporte arquitectónico.
La escultura gótica
La escultura continuó el precedente románico, con una holgada divulgación de imágenes cuyo fin era adoctrinar a los devotos en los dogmas de la fe religiosa y ornamentar las fachadas de las catedrales. La escultura de los siglos XII y fundamentos del XIII tuvo un carácter preponderantemente arquitectónico. Las figuras más importantes son las estatuas grandiosos de las jambas (pilastras laterales) de las portadas y las de los parteluces de los vanos de entrada. Reciben el nombre de estatuas-columna por estar adosadas a estos soportes. A veces, la estatua-columna tiende a liberarse del marco arquitectónico, como si fuera una escultura exenta o de bulto redondo.
Expansión de la arquitectura gótica
La influencia de la arquitectura gótica francesa en el resto de Europa fue grande. En España, este estilo igualmente está representado por las grandes catedrales urbanas, si bien en el siglo XV la obra civil recibió mayor relevancia. A lo largo de la fase del gótico clásico, la implantación de las influencias francesas a través de la corte de Fernando III se evidencia en las catedrales de Burgos, Toledo y León. A pesar de ello, las catedrales españolas no fueron copias provincianas de los modelos franceses, y en ellas se perciben características arquitectónicas y decorativas propias de la cultura hispana, como la introducción de elementos mudéjares.
Arte Momoyama
En el periodo Azuchi-Momoyama (1568-1600), y tras casi un siglo de guerra, una sucesión de jefes militares intentó llevar la paz y la estabilidad política a Japón. Entre ellos se encontraban Oda Nobunaga, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu, autor de la dinastía que lleva su nombre.
Oda Nobunaga alcanzó suficiente poder como para contraer el control del gobierno en 1568 y terminar, cinco años después, con el último sogún Ashikaga. Hideyoshi tomó el mando tras el fallecimiento de Oda, sin embargo sus planes para el instauración de un sogunado hereditario fueron desbaratados por Ieyasu, quien instauró el sogunado Tokugawa en 1603.
El gótico radiante o rayonnant
La catedral de Beauvais se inició en 1225, un año antes de que Luis IX de Francia ascendiese al cetro. A lo largo de su largo reinado, de 1226 a 1270, la arquitectura gótica entró en una nueva fase llamada radiante o rayonnant. El término rayonnant deriva de los elementos radiales, como los de una rueda, que conforman los monumentales rosetones característicos de este estilo. La altura dejó de ser el destacado propósito, y en su lugar se extremó la desmaterialización del muro reduciendo el espesor de la mampostería, extendiendo los ventanales y reemplazando el muro exterior del triforio por vanos de tracería. Los muros de este periodo radiante asumieron el carácter de membranas traslúcidas.
El gótico clásico
La fase experimental del gótico temprano se resolvió definitivamente en la catedral de Chartres (comenzada en 1194). Eliminando la tribuna del segundo piso adquirida del románico, sin embargo preservando el triforio, recobra la sección longitudinal de tres pisos o niveles. En su defecto se gana altura a través de un amplio claristorio o piso de ventanales, nivel de las arquerías, que suministra una luz casi vertical. Cada vano se organiza mediante una estructura geminada, dividido por un parteluz y decorado con motivos de tracería como tréboles, óculos o cuadrifolios. La catedral de Chartres sirvió de modelo para las posteriores catedrales góticas.
El gótico temprano
En Francia, durante la primera mitad del siglo XII, la bóveda de crucería apareció esporádicamente en cierto número de iglesias. Pero, la fase que iba a conducir a la construcción de las grandes catedrales francesas inició en 1137, con motivo de la construcción de la girola de la iglesia abacial de Saint-Denis, panteón real en las afueras de París. En el deambulatorio de Saint-Denis, las finas columnas que sustentan las bóvedas de crucería y la ausencia de muros divisorios entre las diferentes capillas radiales proporcionó un nuevo sentido de espacio continuo, fluido, que anticipaba las creaciones ulteriores.
La arquitectura gótica
En contraste con la arquitectura del románico, cuyas características fundamentales son los arcos de medio punto, las estructuras macizas con escasos vanos y las bóvedas de cañón o arista, la arquitectura gótica empleó el arco apuntado, agujas, chapiteles y gabletes, reforzando el sentido ascensional que tiene la voluntad de comunicar el edificio, amplios vanos con tracerías caladas para conquistar la máxima luminosidad y estructuras reducidas al mínimo.
Todas estas cualidades estilísticas fueron posibles gracias a las innovaciones constructivas, especialmente a la aparición de la bóveda de crucería. Las iglesias medievales poseían bóvedas muy pesadas, que fuerzan a poner muros gruesos y con escasos ventanales para aguantar sus empujes. A comienzos del siglo XII los constructores inventaron la bóveda de crucería, que consiste en el cruce de dos arcos o nervios apuntados, que conforman una estructura resistente sobre la que se ponen los ligeros plementos o elementos de relleno que configuran la bóveda. Este método además de ligero y versátil, permite cubrir espacios de diversa configuración formal, con lo que posibilita un gran número de combinaciones arquitectónicas.
Joyería, cerámica y textiles indios
La joyería es, entre las artes decorativas indias, la más hermosa y la que más interés despierta mundialmente. Las técnicas de la filigrana y del granulado, que desaparecieron en Europa tras la caída del Imperio romano y que no volvieron a emplearse hasta su introducción por los árabes en el siglo XV, no se han perdido jamás en la India.
Las vasijas decoradas de la Antigua Grecia
Hacia el año 675 a.C. los pintores de cerámica de Corinto comenzaron a decorar las piezas con siluetas negras de figuras, generalmente animales desfilando, desarrolladas con formas redondeadas y acondicionadas en uno o varios pequeños frisos. Es el estilo denominado protocorintio. En el estilo corintio, que se desarrolló completamente hacia el 550 a.C. y del que se conservan muchos ejemplos, los vasos están colmados de figuras sobre fondos florales. En las vasijas se representan a menudo monstruos fabulosos, como la quimera que escupe fuego, una criatura con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. Otros motivos orientales semejantes aparecen en las piezas cerámicas encontradas en Laconia, Beocia, Calcis, Rodas y Sardes.
El papel del arte en la sociedad africana
Los múltiples papeles cumplidos por el arte en las comunidades africanas son tan variados como sus formas de mecenazgo. Entre ellos se incluyen el social, político, económico, histórico y terapéutico.
Herencia artística africana
La tradición artística africana engloba la escultura (en forma de figuras y máscaras), la arquitectura (especialmente estructuras de tipo doméstico), el mobiliario, la cerámica, los tejidos y las gemas. La ornamentación corporal (que entiende pinturas, peinados, tocados y tatuajes, o incisiones) y las pinturas (en edificios y ropas) forman igualmente una parte destacada del patrimonio artístico africano.
Arquitectura escandinava en el arte contemporáneo
La aparición de la arquitectura contemporánea en Escandinavia estuvo asociada a la obra de personalidades restauradoras como el sueco Erik Gunnar Asplund y el danés Arne Jacobsen. El finlandés Eliel Saarinen se desplazó a Estados Unidos en 1922, donde fundó una escuela de arte conectada con la tradición europea, la Cranbrook Academy, cerca de Detroit (Michigan). En este ambiente se formó su hijo Eero, que llegó a ser un arquitecto prominente en las décadas de 1940 y 1950.
Metalistería inca
Los objetos de metal conforman, indudablemente, la elaboración más llamativa de todas cuantas realizaron los incas. La tradición orfebre, muy antigua en la costa peruana, ocupó un capítulo muy importante dentro de su ajuar. Trabajaron el cobre, el bronce, la plata y el oro, siendo el repujado y calado de láminas el procedimiento más empleado. Las decoraciones son eminentemente geométricas, aunque los motivos antropomorfos y zoomorfos, representados frontalmente conforme a los principios de hieratismo y simetría axial, son muy comunes. Los alfileres y prendedores para sujetar las prendas de vestir, tupu en lengua quechua, fueron elementos muy corrientes aunque de tipología poco variada. El remate solía ser una lámina muy elaborada, de manera variable, que en el caso poco habitual de ir ornamentada, presentaba motivos geométricos muy simples dispuestos en bandas o cenefas. El alfiler de cabeza laminar o circular fue el modelo cuzqueño que alcanzó más divulgación y popularidad, pudiéndolo encontrar tanto en Cuzco como en los últimos confines del Imperio.
Escultura azteca
La escultura azteca era fundamentalmente monumental y aparecía asociada a las grandes construcciones arquitectónicas. Muy realista en su concepción, contenía un elemento simbólico y abstracto de gran relevancia relacionado con su universo religioso. Existen piezas de grandes dimensiones que representan a los dioses, los mitos, los monarcas y sus hazañas. De las obras que han acudido hasta nosotros y que se hallan en el Museo Nacional de Antropología de México destacaremos la imponente Coatlicue (diosa serpiente de la tierra), de relieve plano y repleta de símbolos; la cabeza de Coyolxauhqui (diosa de la Luna e hija de Coatlicue); la Piedra del Sol o Calendario azteca, grande bloque circular trabajado en relieve y en honor a la deidad solar Tonatiuh que algunos investigadores atribuyen al señor de la tierra Tlaltecuhtli, y la Piedra de Tizoc, grande disco que cuenta en un friso las conquistas del que fuera célebre tlatoani (emperador) de los aztecas entre 1481 y 1486.