El zigurat es una construcción arquitectónica religiosa que combina un templo con una torre, construido en la antigua Mesopotamia entre el cuarto milenio a.C. y el siglo VII d.C. Este tipo de construcción presenta algunas similitudes con las pirámides egipcias y consistió en filas de ladrillos secados al sol (adobe) dispuestos de forma que construyeran un conjunto de pasos que conducían a un templo erigido en la cima de la edificación. El formato de varios pisos superpuestos uno sobre otro presentaban en cada uno de sus niveles un área menor que la plataforma inferior sobre la cual fue construido – las plataformas podían ser rectangulares, ovales o cuadradas, y su número variaba de dos a siete.
El zigurat más famoso es el de Etemenanki (El templo de la creación del cielo y de la tierra), identificado popularmente como la torre de Babel, que se describe en el antiguo testamento de la Biblia. El templo dedicado a Marduk en Babilonia fue reconstruido por el rey Nebuchadnezzar II y por su padre Nabopolasar en el siglo VII a.C. Desafortunadamente no permaneció siquiera la base de aquella estructura pero, de acuerdo a las fuentes arqueológicas e históricas, la torre se colocaba superpuesta a siete capas de múltiples colores, en cuya cima se daba un templo de proporciones singulares. Acerca de ese templo, se cree haber sido pintado y preservado en color índigo. Es sabido que había tres escaleras que conducían al templo y se dice que una de ellas ascendía apenas hasta la mitad de la altura del zigurat.
Las mayores ruinas de zigurat son las de Elamita, un zigurat erigido en Choga Zambil, en el siglo XIII a.C., que presenta una base de 102 metros cuadrados. Las ruinas mejor conservadas son las del Zigurat de Nanna, en Ur, construido por Ur-Nammu, que reinó entre 2113 y 2095 a.C.