La función de la enseñanza es mucho más temprana que el propio proceso de la creación de instituciones educativas. Incluso antes de la escritura se ha desarrollado la oralidad que, junto a otros procesos comunicacionales, tuvieron la importante función de transmitir lo que se consideraba importante. Impulsado por simple imitación o el informe oral, el hombre logró producir y difundir una gran variedad de formas de relacionarse con el mundo que le rodea.
La necesidad de colocar personas específica para la enseñanza de ciertas habilidades ocurrió en el antiguo Egipto, cuando la función de escribano fue preservada por la constitución de verdaderas escuelas que preparaban a la persona para dominar esta técnica. En Occidente, las instituciones de educación variaban mucho según los valores que prevalecieron en cualquier cultura.
Entre los espartanos, la educación comenzaba a los siete años y estaba centrada la mejora de las capacidades físicas del individuo. La rutina del duro entrenamiento físico se mantuvo a fin de que los hombres quedaran listos para la guerra y las mujeres aptas tener hijos sanos. Además, cada niño se mantuvo por un mentor que tuvo un papel en el vínculo de la amistad sin obtener ningún beneficio a cambio.
En Atenas, el servicio fue realizado por un cobro y para cada tipo de conocimiento se delegaba a una especie de tutor o profesor. Preocupado por el equilibrio entre cuerpo y mente, la educación ateniense constaba de tres tipos básicos de formación profesional: la paidotribes, que se encargó del desarrollo intelectual, la grammatica responsable de aprobar la escritura y la lectura, y el kitharistés, que se ocupaba de la mejora física.
En la antigua Roma, el papel de la educación fue interpretado por los rectores, que, como los sofistas griegos, circulaban por las ciudades enseñando lo que sabían a cambio de alguna compensación financiera. Por otra parte, podemos mencionar la presencia de los Luddi Magister o Litterator, personas que desempeñaron el papel de enseñar a los niños que no tenían la condición material de la clase más rica.
En la época medieval, el mundo del conocimiento tuvo un claro control de las instituciones religiosas cristianas. En un principio, este conocimiento no se limita sólo a sus propios miembros y aspirantes de la Iglesia. En la Edad Media, esta situación cambió con la creación de las primeras universidades. Hasta el siglo XIX, ningún curso fue elaborado para la formación de profesores.
