Los biocombustibles son fuentes de energía renovables, lo que significa que permiten el ciclo de la materia en la naturaleza. Se obtienen de la caña de azúcar, maíz, semillas oleaginosas, residuos agrícolas, entre otras fuentes.
Para recibir el prefijo ‘bio’ el combustible tiene que demostrar que no contamina la atmósfera con su quema (o no de manera significativa), y sólo entonces se puede clasificar como energía limpia.
El alcance de este nivel ecológico, el de no contaminante, depende de la composición del carburante. Los llamados ‘fósiles’ son los de peor calidad ecológica cuando se trata de designar una fuente de energía respetuosa con el medio ambiente. Pero ¿qué serían combustibles fósiles? Tal vez no los conoces por este nombre pero corresponden a la gasolina y gasóleo, entre otros, todos ellos derivados del petróleo. Cuando los combustibles fósiles son quemados emiten gases tóxicos nocivos a la salud humana y el medio ambiente,
Los biocombustibles no emiten tales gases cuando pasan por el proceso de combustión. Además de la ventaja de no ser contaminantes, todavía cuentan con la clasificación de energía renovable, pero, ¿qué significa esto? Al ser energía renovable se trata de una fuente inagotable de recursos, a diferencia de los fósiles, limitados y escasos en términos de disponibilidad a largo plazo.