La definición más aceptada de desarrollo sostenible es el desarrollo capaz de eliminar las necesidades de generación actual, sin comprometer las capacidades de atender las necesidades de futuras generaciones. Es un desarrollo que planifica no agotar los recursos para su disponibilidad en el futuro.
Esta definición aparece en la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, creado por las Naciones Unidas para discutir y proponer formas de conciliar dos objetivos: el desarrollo económico y la conservación del medio ambiente.
¿Qué se necesita para lograr el desarrollo sostenible?
Para lograr el desarrollo sostenible se depende de la planificación y el reconocimiento de que los recursos naturales son finitos.
Este concepto representa una nueva forma de desarrollo económico, que tiene en cuenta el medio ambiente.
A menudo, el desarrollo se confunde con el crecimiento económico, que depende del consumo creciente de energía y recursos naturales. Este tipo de desarrollo tiende a ser insostenible, ya que conduce al agotamiento de los recursos naturales de los que depende la humanidad.
Las actividades económicas pueden ser alentadas a expensas de la base de recursos naturales de los países. La dependencia de los recursos no es únicamente centrada en la existencia humana, sino también en la diversidad biológica de fauna y flora.
El desarrollo sostenible implica, de hecho, la calidad sobre la cantidad, con un menor uso de materias primas y productos y la reutilización y el reciclaje como medios de aprovechamiento.
El desarrollo económico es vital para los países más pobres, pero el camino a seguir no puede ser el mismo adoptado por los países industrializados puesto que no sería posible.
Si las sociedades del Hemisferio Sur copiasen los patrones de la sociedades del Hemisferio del Norte, la cantidad de combustibles fósiles consumida actualmente se incrementaría 10 veces y la de recursos minerales, 200 veces.
En lugar de aumentar los niveles de consumo en los países en desarrollo, es necesario reducir los niveles observados en los países industrializados.
El crecimiento económico y demográfico en las últimas décadas ha estado marcado por las desigualdades.
Aunque los países del Hemisferio Norte poseen apenas una quinta parte de la población del planeta, ellas concentran cuatro quintas partes de los ingresos mundiales y consumen el 70% de la energía, 75% de los metales y 85% de la producción mundial de madera.