El 24 de octubre de 1929, evento conocido como Jueves Negro, las acciones de la Bolsa de Nueva York comenzaron a caer lentamente. Una tendencia persistente causada por la decisión de los especuladores de vender sus acciones para recuperar el dinero invertido con gran provecho. El crecimiento de las ventas disminuyó el valor de las acciones. Incapaz de contener la caída de la Bolsa de Valores, los accionistas comenzaron a vender para perder lo mínimo. En algunos meses, las principales acciones de la Bolsa de Valores perdieron el 90% de su valor y millones de inversores terminaron en la quiebra.
La prosperidad económica y las causas de la crisis
La insistencia de las empresas estadounidenses para mantener el mismo ritmo de producción logrado durante la Primera Guerra Mundial fue detonante para la crisis. Por otra parte, el gobierno –que adoptó una política liberal –decidió no interferir en la producción. Incluso en el período anterior a la crisis, el aumento del nivel de calidad de vida no llegó a todos los estadounidenses. La alta tasa de desempleo entre los trabajadores y la ruina de muchos agricultores, debido a la saturación del mercado y la caída de las exportaciones, fueron los primeros signos de que la crisis avanzaba. El desplome de la bolsa en 1929 fue el detonante de una crisis general de la economía estadounidense causada por la sobreproducción y el bajo consumo, con desdoblamientos sociales y políticos
La crisis económica
El crack de la Bolsa de Valores de Nueva York provocó una profunda crisis económica. La gente no podía pagar sus deudas, provocando el desgaste de miles de bancos y el cierre del comercio. Al mismo tiempo, la producción industrial disminuyó y aumentó el desempleo en 1933 alcanzando cerca de 14 millones de norteamericanos.
La Gran Depresión
Desde 1930, la crisis de la economía estadounidense afectó a los países europeos. La caída de los precios de las materias primas, de los productos agrícolas y de las exportaciones europeas a Estados Unidos provocó la ruptura de numerosos bancos y el cierre de empresas en Europa y América. Algunos países adoptaron una política de intervención estatal en la economía para mitigar los efectos de la crisis. El único país que escapó de los efectos del crack en 1929 fue la Unión Soviética, debido a la política de aislamiento (cordón sanitario), adoptado por los países capitalistas después de la Primera Guerra Mundial.
El malestar social
Los efectos de la crisis económica provocaron una crisis social que se manifestó en el aumento de los conflictos y las protestas entre la población. Miles de personas, arruinadas económicamente, se vieron obligadas a vivir en campamentos y fueron alimentadas por las organizaciones humanitarias. Algunos estadounidenses que perdieron todo su dinero con la caída de la bolsa de Nueva York se suicidaron.
La búsqueda de soluciones
Para superar la crisis económica, Franklin Delano Roosevelt llevó a cabo en 1933 un programa de reformas conocidas como el New Deal. En una primera fase, devaluó el dólar, la reducción de la carga de la deuda de los agricultores y la reducción de la producción de excedentes agrícolas a través de subvenciones. Más tarde, creó nuevos complejos industriales y comenzó un programa de construcción de obras públicas para reducir el desempleo. Por último, garantizó el derecho de huelga y estableció seguro de desempleo y seguro de invalidez y vejez. Impulsor del New Deal, Roosevelt, que ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1932 por el Partido Demócrata, fue reelegido en 1936, 1940 y 1944.