El fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991, después de un intento de golpe contra el presidente Mijaíl Gorbachov, condujo a la disolución de la unidad existente entre los distintos países que componían la Unión Soviética y la independencia de ellos.
A pesar de la independencia, algunos países decidieron mantener un vínculo entre ellos, cuyo principal objetivo era el establecimiento de una economía y el sistema de defensa entre las ex repúblicas de la Unión Soviética. Con eso, se daba inicio a la Comunidad de Estados independientes, CEI.
Las primeras repúblicas que firmaron el acuerdo el 08 de diciembre de 1991, fueron Rusia, Bielorrusia y Ucrania. Dos semanas más tarde se unieron a la CEI las repúblicas de Armenia, Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán, Moldavia, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán. Georgia se unió a la comunidad sólo en 1993, retirándose de ella en el 2009, después de la guerra en Osetia del Sur.
Los tres países bálticos que formaban parte de la Unión Soviética – Estonia, Letonia y Lituania – se negaron a componer la CEI después de su independencia.
El país más influyente en la CEI es la Federación de Rusia, en virtud de su poder económico, político y militar. A pesar de esta influencia, los demás países que integran la CEI mantienen formalmente una autonomía, garantizada por la descentralización política alcanzada a través de independencia en relación con la estructura administrativa de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, en la práctica, hay una fuerte presión rusa sobre diversos temas de los países que forman parte de la comunidad.
Teniendo como capital la ciudad de Minsk, en Bielorrusia, la CEI está estructurada administrativamente por dos consejos, uno compuesto por jefes de gobierno y otro por jefes de Estado.
A pesar de la estructura operativa formal de la CEI, hay numerosas disputas entre los países de la comunidad, además del incumplimiento de los acuerdos suscritos. Cabe destacar las constantes tensiones y conflictos entre las repúblicas constituyentes de la CEI o incluso en el interior de los países, como consecuencia de las diferencias étnicas y regionales.
