La nata se forma a través de los glóbulos de grasa. Si dejamos un vaso de leche sin pasteurizar en reposo durante unos minutos, nos enfrentaremos a la formación de una capa de textura diferente en su superficie. Esta capa es la crema, odiada por unos y amada por otros.
La leche está formada por numerosos compuestos, tales como proteínas, azúcares, sales minerales y ciertas vitaminas, con variaciones según la marca comercial y producto distribuido. En su composición también se dispersan glóbulos de grasa. En cada mililitro de leche se encuentran aproximadamente 15 mil millones de estos compuestos, que son responsables de la formación de la nota.
Cuando la leche no pasteurizada es colocada en reposo durante algún tiempo, los glóbulos de grasa se desplazan a la superficie de la leche, dando lugar a la nata. Por tanto, podemos concluir que la nata es básicamente formada por grasa, por ese motivo ella es necesaria en la producción de mantequilla, por ejemplo.
La leche pasteurizada pasa a través del proceso de homogeneización, que consiste en hacer pasar la leche a presión a través de pequeños agujeros, lo que resulta en la reducción del tamaño de los glóbulos de grasa. Por esta razón, la nata no se forma en la leche pasteurizada.