Anaxágoras nació en la ciudad jónica de Clazómenas alrededor del año 500 a.C. Él dijo que la naturaleza es eterna y por lo tanto no puede ser ni creada ni destruida. Fue parte de los que creen en una pluralidad de componentes de los seres.
De acuerdo con Anaxágoras, todo surge cuando varios elementos se añaden, y, por ello mismo, todo desaparece cuando están separados. Él creía que las cosas o seres estaban compuestos con cualidades semejantes que, al ser divididas al infinito, se repetían e cada porción. A esos elementos-cualidades, que asociadas generaban el ser, Anaxágoras lo llamó Nous (mente, pensamiento, inteligencia).
El Nous es el principio o ‘arjé0 de todas las cosas. Es él quien establece las leyes del pensamiento que domina sobre los sentidos para escuchar y gobernar el universo. Es importante entender que el pensamiento está en las cosas también, no es algo separado de ellos. Todo tiene una causa y esa siempre es natural, física, incluso aquí, el espíritu se concibe materialmente.
Por ejemplo, en un mechón de pelo, no importa cuán pequeña sea la partícula que se rompe, que contiene todos los elementos del universo. “Todo está en todo”, dijo Anaxágoras. Y con eso, el Nous es la sustancia, la sustancia que causa tanto de la agregación y la separación de los elementos que constituyen a los seres.
Por su pensamiento innovador, Anaxágoras fue acusado de impiedad (al no creer en los dioses) y condenado a muerte, pero escapó antes de ser capturado. Los dioses eran prescindibles, según el filósofo, precisamente porque la clave para todo ya figuraba en el Nous.