Durante los siglos XV y XVI, los europeos, principalmente portugueses y españoles, se pusieron en marcha rumbo hacia el Pacífico, Índico y Atlántico, con dos objetivos principales: poder encontrar una nueva ruta marítima a la India y encontrar nuevas tierras de interés comercial. Este período fue conocido como la Era de las Grandes Navegaciones y descubrimientos y abriría un episodio para el colonialismo.
Los objetivos
En el siglo XV, los países europeos que querían comprar las especias (pimienta, cúrcuma, jengibre, canela y otras especias), tuvieron que recurrir a los comerciantes de Venecia o Génova, que tenía el monopolio de estos productos. Con el acceso a los mercados orientales – India era el destino más importante – la burguesía italiana añadía precios exorbitantes por las especias de Oriente. El canal de comunicación y transporte de mercancías desde el Mediterráneo al este estaba dominado por los italianos. Encontrar una nueva ruta a la India fue una tarea difícil, aunque totalmente deseada. Portugal y España tenía muchas ganas de tener acceso directo a las fuentes de Oriente, por lo que también pueden beneficiarse de este comercio interesante.
Otro factor importante que estimula las salidas esta temporada, fue la necesidad de Europa para conquistar nuevas tierras. Ellos querían eso para poder obtener materias primas, metales preciosos y productos no encontrados en Europa. Hasta la Iglesia Católica estaba interesada en este proyecto, pues significaba la atracción de nuevos fieles.
Los reyes se mostraron entusiasmados con el proyecto, tanto que financiaron gran parte de los emprendimientos marítimos. El motivo de la financiación era la posibilidad de recaudar nuevos impuestos para sus reinos a través del incremento del comercio. Más dinero significaría más poder para los reyes absolutistas de la época.
Pionerismo portugués
Portugal fue el pionero en las navegaciones de los siglos XV y XVI, debido a una serie de condiciones que se encuentran en este país ibérico. La gran experiencia en navegaciones, principalmente de la pesca de bacalao, ayudando mucho a Portugal. Las carabelas, principal medio de transporte marítimo y comercial del periodo, eran desarrolladas con calidad superior a las de otras naciones.
Asimismo, Portugal contó con una cantidad significativa de inversión de capital procedente de la burguesía y de la nobleza, interesados en las ganancias que este negocio podría generar. En este país también hubo preocupación por los estudios náuticos, y los portugueses llegaron a crear incluso un centro de estudios: la Escuela de Sagres.
Planificación de las navegaciones
Navegar en los siglos XV y XVI fue una tarea muy arriesgada, sobre todo cuando se trataba de mares desconocidos. Era muy común el miedo generado por la falta de conocimiento y la imaginación de la época. Muchos creían que el mar podría ser habitado por monstruos, mientras que otros tenían una visión de la tierra como algo plano y por lo tanto, navegando hasta el fin, la carabela podría caer en un gran abismo.
Dentro de este contexto, la planificación del viaje era de suma importancia. Los europeos contaban con algunos instrumentos de navegación, tales como la brújula, el astrolabio y la alidada. Los dos últimos empleaban la ubicación de las estrellas como puntos de referencia.
También fue necesario el uso de un medio rápido y duradero de transporte. Las carabelas cumplían estas metas, aunque ocurrieran naufragios y accidentes marítimos. Las carabelas eran capaces de transportar grandes cantidades de mercancías y un buen número de tripulantes. En la navegación participaban marineros, soldados, sacerdotes, asistentes, médicos y hasta un escribano para anotar todo lo que sucedía durante los viajes.
Viajes portugueses y descubrimientos
En 1498, Portugal realiza uno de los viajes más importantes: la llegada de las carabelas, comandadas por Vasco de Gama, a la India. Navegando por el continente africano, Vasco de Gama llegó a Calicut y pudo disfrutar de todos los beneficios del comercio directo con Oriente. De regreso a Portugal, las carabelas portuguesas, cargadas de especias, rindieron fabulosas ganancias a los lusitanos.
Otro logro importante fue la llegada de las naves de Cabral a la costa brasileña, en abril de 1500. Después de un reconocimiento de la tierra ‘descubierta’, Cabral prosiguió su viaje hacia las Indias.
A la luz de estos acontecimientos, Portugal se convirtió en la primera potencia económica de la época.
Navegaciones españolas
España también se destacó en logros marítimos de la época, convirtiéndose, junto a Portugal, en una gran potencia. Mientras los portugueses navegaron hacia las Indias alrededor de África, los españoles eligieron otro camino.
El genovés Cristóbal Colón, financiado por España, partió con la intención de llegar a las Indias navegando hacia el oeste. En 1492, las carabelas españolas se dirigieron con dirección hacia el oeste a través del Océano Atlántico. Colón tenía la certeza de que nuestro planeta era redondo, pero no tenía conocimiento de la existencia del continente americano. Llegó el 12 de octubre de 1492 a las islas de América Central, sin saber que había alcanzado un nuevo continente.
Apenas unos años más tarde, el navegador Américo Vespucio identificó acertadamente aquellas tierras como siendo un continente todavía no conocido por los europeos. En contactos con los indios de América (mayas, incas y aztecas), los españoles comenzaron un proceso de explotación de los pueblos, interesados en arrebatar grandes cantidades de oro y otras materias primas. Además de retirar las riquezas al indígena americano y despojado de sus hogares y familias, los españoles acabaron con su riqueza cultural y sabiduría nativa.